Me pregunto una vez un alma curiosa si dejaría mi lugar en cielo...
No supe que responder… mientras pasaban los dias me rodio una laguna…
Llena de incertidumbres y nunca llegaba a ver el fondo…
Quise bajar sentir el calor del pavimento en mis pies y el sol broncear mi piel…
Amar sin más reparo…llorar sin consuelo…llegar odiar por haber amado…
Pero…
En mi paraíso nieva todos los días copos de azúcar que endulzan mi piel…
Las estrellas caminan por las calles regalando deseos…
La lluvia baña tu cuerpo…satisface la sed de mercenarios…
La razón se perdió… la falta cordura es un don…
Lo real no se puede tocar…los colores brillan de noche y día…
La tentación se presente muy puntual bien tempranito…
Y se queda para darle sabor a tus sueños…
Los besos son regalo de la siesta y las caricias se posan en tus hombros…
Me volví a encontrar con esa alma curiosa y esta vez me pregunto…
Si lo acompañaría al mundo mundano y me dio su mano…
Esta ves no lo pensé…no me perturbo…
Le sonreí…si algún día me atrapas…si algún día estoy despistada…
Si algún día la cordura me encuentra… recién entonces te seguiré…
